@tuco_rivas
El difícil momento económico que vive Venezuela ha hecho que la devaluación de la moneda local afecte directamente al fútbol en ese país. La Federación venezolana de fútbol (FVF) ha sufrido del mal pasar de la empresa de petróleo PDVSA y, además, no puede hacer caja con los partidos de su selección, dado el elevado costo al que ascenderían si lo comparan con el resto de Sudamérica.
Con eso como antecedente, la FVF definió que el boleto más barato costaría un dólar (1.000 bolívares) y el más caro tres dólares (3.000). Pese a esa medida, los tickets siguen siendo muy costosos para un venezolano promedio que trabaja en Barinas, y recibe cerca de 11.5 dólares (11.500 bolívares) como salario mensual.
Dado ese escenario, el presidente de la federación, Laureano González, ha analizado seriamente jugar el partido en un lugar fuera de su país para que el cobro en dólares -implementado por la FIFA para todas las selecciones- pueda ser rentable para una institución que no lo pasa bien ni fuera ni dentro de las canchas.
A pesar de todo esto, los hinchas de la Vinotino han sido fieles con la escuadra del técnico Noel “Chita” Sanvicente y tienen prácticamente agotadas las 30 mil ubicaciones que se le entregaron a los fanáticos para alentar a su selección. Según informó personal del estadio y la FVF a El Gráfico, sólo 2 mil entradas serían las restantes a sólo un día del juego.
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